TRÍPTICO DEL PORTEÑO

QUE HABLABA EN COCOLICHE

(poema)

 

 

I Piro
Abuelo gringo: te tomaste el raje
Piantándole a la fame de la aldea,
Y entonces comenzaste tu odisea
Hecha de voluntad y de coraje.

Te viniste a un lugar casi salvaje
Que te calzó en la trucha de volea,
Vos, de macho, le hiciste la pelea
Y garpaste con sangre tu terraje.

¡Cuántas noches sufriste tu novela,
Con el daguerrotipo de la abuela
Que empollaba en la falda a tu bambino!

Dolor y soledad del inmigrante,
Con el cuore batiendo el redoblante
Y un lagrimón mezclándose en el vino.

II Peleche
Y pelechaste viejo. Sensa curro
Ni aprietes, ni balurdos, ni cometa,
Sólo con el fratacho y la piqueta
Y acarreando canastos como un burro.

Vos sí que la yugaste. Y hoy me escurro
- Hoy que la vida me arrugó la jeta -
Del número de golpes de maceta
Que separan a un cíclope de un turro.

Cuando el buyón estuvo asegurado,
Te trajiste a los tuyos a tu lado
Y arrancaron en pos de sus destinos,

Brindándole a la patria putativa,
Laburo, voluntad, presencia viva
Y una parva de pibes argentinos.

III Mita y mita
Así que hoy, que al porteño rinde honores
Una junta de capos del lunfardo,
Quiero cantarte a vos, que igual que el cardo
Genial en tu humildad, nos diste flores.

Porque a veces no importan los colores
- De noche todo gato luce pardo -
Interesa no haber vivido el bardo
Y haber sido un señor entre señores.

Esgunfio de cornejas y de afaires,
Renaciste una vez en Buenos Aires
Lugar en que dormís junto a la abuela,

Fiel hasta el “más allá”, tu eterno sueño,
Nono que resultaste más porteño
Que una mixta de anchoa y muzzarella.

Letra : Héctor Pablo Rubini

 

 

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