PICHUCO
(poema)
Está
boqueando lunas acusadas tu fueye
En
el monólogo de la cosa, abierto,
Y
me instalás en el hondo misterio
Con
el último cigarrillo y un nombre de perfil que llueve, todavía,
La
inútil ternura sobre la rosa-ladrillo del tiempo.
El
suncho de tu tango gris
Se
clava en la carne de la noche y estrola,
En
el contrajuego, la baraja de la lágrima sola
Busca
un bolsillo que sea como un país.
Vengo
a escucharte, pero antes
Archivé
las espaldas. Quiero estar de frente,
Como
un domingo claro, subdividido a patios
Tajeado
a medianeras,
Sembrao a calles potentes
De
nuestro Buenos Aires-Tango.
Muerde
una verdad tu fueye
Como
la de no tener zapatos,
Como
el haber vuelto inútilmente
A
la calle cortada de una frente,
Que
un día se nos subió a las manos
-
Un día en que las cosas suceden de repente -
Tu
fueye aprisiona
Y
reintegra paisajes de barro,
Y
devuelve cosas
Siempre
me devolvés cosas...
Las
que no te di y son tuyas,
Las
que no te sirven y valen por eso,
La
palabra amistosa
La
penumbra del cine Medrano,
El
recuerdo de un patio
En
la calle Cabrera,
El
humo de afiche de nuestro cigarro,
Y
el ir a menos, sobrados, parejos
En
este vivir que la madre ha prestado.
Te
escucho y es mío el pan caliente,
La
astilla clavada que duele,
El
rencor oblicuo,
Aquel
enero viudo,
El
vidrio del ojo de la vaca,
El
drama potente del señalero,
La
multitud-nadie,
El
último regreso,
El
cero de mi cuaderno,
La
culpa del otro,
La
vidriera de enfrente,
El
hambre de César Vallejo,
El
amor confesao de Homero
Al
farol balanceado de la barrera,
Tajeando
la calle en Pompeya,
Su
barrio orillero.
En
tu fueye está el ladrido esdrújulo de mi perro
Chango,
Cuya
comprobada ternura me lengüeteó la sed de su cariño
Y
Malambo, que se murió en mis brazos.
Yo
le hablaba a mis perros, de vos, Gordo
Y
un fabuloso entendimiento nos juntaba.
Y
yo...
Y
yo crecí hasta perro!
Tu
fueye!
Nada
se parece tanto a vos como tu fueye
Tu
fueye!
Algo
más: tu palabra
Tu
alma
Tu
sangre, tus ganas de nada,
Tus
ansias,
Y
la noche larga
Y
la copa volteada.
Pichuco...
En
la jaula canta, llorando, el pájaro de la tarde, ciego,
Y
yo, desde el hueso digo: que sos
EL
BANDONEON MAYOR DE BUENOS AIRES...
Letra : Julián Centeya (Amleto Enrico Vergiati)
Música : ---
http://www.youtube.com/watch?v=g7EAeyu3Gy4