EVOCACIÓN AROLIANA
(poema)
Era
un tigre barraqueño
Que
se llamó Eduardo Arolas,
Con
la pinta sobradora
De
un porteño ganador,
Chamuyaba
con el fueye
Un
lenguaje diferente,
Y
sus tangos para siempre
Nuestro
pueblo cultivó...
La
neblina del alcohol
Lo
arrastró por calles muertas,
Y
la aurora en una puerta
Derrumbado
lo encontró.
Así
un ángel lo llevó
De
la mano para el cielo,
Con
el réquiem milonguero
De
una mística oración...
Desde
siempre soñador
Con
un talento sin fin,
Deschavó
un Retintín
Palmo
a palmo en Catamarca,
La
Trilla dejó su marca
Como
también Bataraz,
Viborita,
Place Pigall,
Cardos,
Rawson y El chañar...
Quizás
nos hizo soñar
Con
Notas del corazón,
Un
valsecito dulzón
Que
dedicara a su madre,
En
el rezongo compadre
Del
asma de un bandoneón,
Quien
con lírica pasión
Nos
dijo: Adiós Buenos Aires...
En
la tragedia de El Marne
Con
Lágrimas, Derecho viejo,
Nos
ha fruncido el pellejo
Como
jamás lo hizo nadie,
La
Cachila es otro alarde
De
su genio esclarecido,
Suipacha
y Maipo testigos
Con
Araca y Comme il faut,
Mishiadura,
Tres y dos,
Lelia,
Piteco y Taquito,
Tangos
que fueron escritos
Con
luz de luna y farol,
Aumentando
el sinsabor
Un
Nubarrón de Nostalgias,
Cuando
un día llegó la parca
Clavándonos
su dolor.
Un recuerdo para el
tigre de Barracas, el maestro Eduardo Arolas.
Osvaldo France.
Letra : Osvaldo
France (Osvaldo Francella)
Música : ---
(colaboración enviada
por su autor, el amigo Osvaldo Francella. 03-2016)