CON OLOR A PAPÁ
(poema)
Al drepa le batimos: mi
viejo o mi papá,
Según las circunstancias o
la edá.
Yo estaba en el apronte de
rajar para el cole
Él me pasó revista:
supervisó mis uñas,
El guardapolvo blanco, me
fichó la lustrada,
Me peinó con gomina, me
anudó la corbata.
Su paternal embroque fue
siempre de caricia
Me miraba hacia ajoba, yo a
él, para arriba,
Hoy lo sigo junando y a
pesar de su piro
De arribeño, me sigue
revoleando sonrisas.
Por sus cosas de macho:
mate amargo, tabaco,
Su crema de afeitar, y
además el ruidito,
De la yilé filosa raspando
a contrapelo,
Yo siempre quise ser
igualito a mi viejo.
Mientras él se afeitaba, yo
iba haciéndole muecas,
El cuello para un lado, la
jeta para allá,
Pungándole en secreto su
colección de gestos
Yo me estaba afeitando,
igual que mi papá.
Manyó que lo imitaba y ahí
sí, me dio la cana
Mi buen “Papá Noel” de la
barba espumada,
Que bromeó: “¡Qué hacé,
mono!”, riéndose con ganas...
Yo también me reía: - ¡Uy,
qué linda mancada! -
Le di un beso a lo bruto,
me rajé para el cole
- ¡Chau papá! - dije y él,
que seguía riendo,
- Volvé, que estás llevando
mi jabón en tu ñata...
Yo me hice el sordeli y me
olvidé contento.
Me sentía feliz al entrar
al colegio
Tenía olor a mate y a su
tabaco negro,
Perfumado de espuma del
jabón de afeitar...
Traía en la nariz olor a mi
papá.
Letra :
Roberto Peregrino Salcedo