A LA ANTIGUA

(poema)

 

 

¡Oh, señora: gentil dama de mis noches!

¡Oh, señora, mi señora!, yo le ruego,

Que abandone esa romántica novela

Orgullosa favorita de sus dedos.

Que abandone sus historias de aventuras

Donde hay citas, donde hay dueñas y escuderos,

Callejuelas y sombríos embozados

Y tizonas y amorosos devaneos;

Acechanzas del camino y estocadas

De cadetes o gallardos mosqueteros,

Y, amador noble y rendido de su reina

Algún Buckingham lujoso y altanero.

 

Que abandone, le repito, su romance,

Su romance mentiroso, pues confieso,

Que me enoja la atención que le dispensa

Con agravio de mis quejas y mis celos.

De mis celos, sí, lo digo, tal me tienen

Las hazañas del cuidado caballero,

A quien sueña usted señora, contemplando

Sus halcones, con la escala de Romeo.

¡Oh, señora, mi señora! Son las doce...

¿Hasta cuándo piensa usted seguir leyendo?

¡Hay valor en su tenaz indiferencia

que no teme los peligros del silencio!...

 

Son las doce: ya se aprontan los aleves,

Los galantes forajidos de los besos,

A cruzar la callejuela de unos labios

Donde anoche asesinaron al Ensueño...

¡Ay, entonces, de las bocas asaltadas

por los rojos embozados del Deseo!

¡Ay de usted, señora mía!, si la encuentran...

¡Que la salve su hazañoso caballero!

 

Letra : Evaristo Carriego  (Evaristo Francisco Estanislao Carriego)

Música : ---

 

 

(colaboración enviada por el amigo Osvaldo Francella. 09-2017)

 

AtrásMenú Principal