A DON CARLOS DI SARLI

(poema)

 

 

Viniste desde el sur

Para amurarte al piano que no abandonarías más.

Un piano donde el tango encontraría

Al Señor que tanto había esperado.

Refugiado en una media sonrisa,

En una casi sonrisa. Tímida y temerosa,

Como adivinando un devenir lleno de infortunios.

En ese mundo, las risas abiertas sobran,

Están demás. Y no las usaste.

 

Tus manos tocaban, acariciaban,

Subyugaban a un teclado atónito.

Pero tus manos,

Fundamentalmente conducían.

Nos llevaban a un mundo distinto, mágico,

Inhallable, pero no por ello menos extrañable.

Un mundo que se perdió irremediablemente

Con tu partida.

 

Todo lo soportaste.

El escarnio, la incomprensión,

La fabulación malvada.

Fuiste el general solitario de un ejército

Lleno de traidores que desertaron.

Y te dejaron solo. Solo con tu piano,

Y con tus manos que venían del sur.

 

¿Adonde te habrás ido?

¿Adonde se fueron la magia y el secreto

que sepultaron con tu tumba?

¿Por qué intrincado camino del espíritu

se habrán marchado los compases de “Milonguero viejo”?

Quizás hayan recalado en una “capilla blanca”.

 

A veces,

Cuando los recuerdos y las nostalgias

Provocan las heridas más difíciles de cerrar,

Creo que si viniste del sur,

Ese sur algún día te devolverá.

Entonces me pongo a soñar con tu vuelta,

Entonces te imagino cansado, pero inclaudicable.

Esos mismos caminos que algún día te llevaron

Harán  que vuelvan del sur...

Tu magia, tu señorío y tu misterio.

 

Letra : Dr. Vicente Luis Cuñado

 

 

(colaboración enviada por su autor, el amigo Vicente Luis Cuñado. 09-2008)

 

 

AtrásMenú Principal