A DISCEPOLÍN
(poema)
A su gloria, tan grande como su vida misma,
A sus obras, tan puras como su mismo ideal,
A sus manos de amigo, que a todo el mundo daba
Creando así raíces profundas de amistad.
A todos sus dolores que él transformó en poesía,
¡A todo, este homenaje porque se haga inmortal!
Y quede para siempre grabado en letras de oro
El nombre del más grande cultor de la verdad.
El nombre de un poeta, filósofo del verso
Emocionado y triste que inspira el arrabal,
Con lágrimas profundas glosaba las tragedias
Sintiendo en carne propia el dolor de los demás.
¡Pobre Discepolín!, Se fue con la sonrisa
Que ni la misma muerte le pudo arrebatar,
Esa sonrisa dulce con que enjugó su llanto
En un postrer esfuerzo por olvidar su mal.
Sus obras inmortales nunca sabrán de olvido
La inmensidad de su arte jamás tendrá final,
Porque el pueblo argentino lo lleva como seña
¡Y el alma bien porteña le levantó un altar!.
Letra : Aldo
Omar Reynoso