MAGDALA

 

 

 

Santa, más que santa, Magdalena humilde

En este Vía Crucis al que te llevé,

Tú has sido testigo de todo el fracaso

Y has visto en silencio quebrarse mi fe.

Quise darte todo lo que merecías

Y tan sólo migas te pude ofrecer,

Por eso esta noche que renuncio a todo

Magdala, perdona, la última hiel.

 

Mis manos vacías

Sólo apresan sombras,

Mis ojos en sombras

Sólo sombras ven,

Y en esta locura

De sombras y muerte,

Sellada mi suerte

Espero tu bien...

 

Que esta noche sea

Para tu martirio,

La última noche

El punto final,

Y firme mi pulso

Le deje a tus alas,

Abiertas las puertas

De la libertad.

 

Poca cosa somos, creyéndonos tanto

Pasión egoísta, problema sin fin,

Empieza en comedia la burda tragedia

Y el canto del cisne se trueca en gemir.

El grave silencio que pesa en la noche

Parece la gama doliente del mal,

Don Nadie se ha ido por sendas de olvido

Bajando en su drama, Telón de Final.

 

Letra : Francisco Gorrindo  (Froilán Francisco Gorrindo)

Música : Rodolfo Biagi  (Rodolfo Alberto Biagi)

 

Grabado por la orquesta de Rodolfo Biagi con la voz de Jorge Ortiz.

 

(partitura edición 1944)

 

 

A “Letras”   A “Autor”    Menú Principal