BALADA PARA MI MUERTE

(1968)

 

 

Madrugada,

Guardaré mansamente las cosas de vivir,

Mi pequeña poesía de adioses y de balas,

Mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín.

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba

Mi penúltimo wisky quedará sin beber,

Llegará, tangamente, mi muerte enamorada,

Yo estaré muerto, en punto, cuado sean las seis.

 

Hoy que Dios me deja soñar,

A mi olvido iré por Santa Fe,

Sé que en nuestra esquina vos ya estás

Toda la tristeza, hasta los pies.

Abrazame fuerte que por dentro

Me oigo muertes, viejas muertes,

Agrediendo lo que amé.

Alma mía, vamos yendo

Llega el día, no llorés.

 

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada,

Que es la hora en que mueren los que saben morir.

Flotará en mi silencio la mufa perfumada

De aquel verso que nunca yo te supe decir.

Andaré tantas cuadras y allá en plaza Francia

Como sombras fugadas de un cansado ballet,

Repitiendo tu nombre por una calle blanca,

Se me irán los recuerdos en puntitas de pie.

 

Letra : Horacio Ferrer  (Arturo Horacio Ferrer)

Música : Ástor Piazzolla  (Ástor Pantaleón Piazzolla)

 

 

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