A QUIÉN LE PUEDE IMPORTAR

 

 

 

Gime, bandoneón,
Grave y rezongón,
En la nocturna verbena...
En mi corazón
Tu gangoso son
Hace más honda mi pena...
Con tu viruta sentimental
Vas enredando mi viejo mal,
Un viejo mal que me ha dejado
Enamorado,
Arrinconado
Y olvidado para siempre...
Sin una sola caricia
Que mi tristeza mitigue,
Su risa mala me persigue
Y me persigue
Mientras sigue
Tu responso,
¡Bandoneón!
 
A quién le puede importar,
Che, bandoneón,
Que he sido bueno...
A quién le puede importar
El novelón
Del mal ajeno...
Si a ella que fue mi ilusión
No le importó
Mi abatimiento,
A quién le puede importar,
Che, bandoneón,
Mi sufrimiento...
 
Suena menos gris,
Tango, para mí...
Sé que jamás la encontraré...
Te saldré a bailar
Para disfrazar
El drama que llevo adentro...
En otros brazos me engañaré,
En otras bocas me aturdiré
Aunque sus ojos y su risa
Me persigan
Y me sigan
Y me digan
Que la quiero...
Iré a borrar el fantasma
De aquel amor siempre atento...
Así termina este lamento
Y el tormento
De este cruento
Sufrimiento,
¡Bandoneón!
 
Letra : Enrique Cadícamo  (Domingo Enrique Cadícamo)
Música : Mariano Mores  (Mariano Martínez)

 

Grabado por Floreal Ruiz con el acompañamiento de la orquesta de Raúl Garello.

 

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