A LA LUZ DEL CANDIL

 

 

 

Me da su permiso, señor comisario

Disculpe si vengo tan mal entrazao,

Yo soy forastero y he cáido al Rosario

Trayendo a los tientos un buen entripao.

Quizá usté piense que soy un matrero

Yo soy gaucho honrado a carta cabal,

No soy un borracho ni soy un cuatrero

Señor comisario, yo soy criminal.

 

Arrésteme, sargento, y póngame cadenas

Si soy un delincuente, que me perdone Dios.

 

Yo he sido un criollo bueno, me llamo Alberto Arenas

Señor, me traicionaban y los maté a los dos,

Mi china fue malvada, mi amigo era un sotreta

Mientras me fui a otro pago me basureó la infiel.

Las pruebas de la infamia las traigo en la maleta

Las trenzas de mi china y el corazón de él.

 

No apriete sargento, que no me retobo

Yo quiero que sepan la verdá de a mil,

La noche era oscura como boca ´e lobo

Testigo solito, la luz del candil.

Total cuasi nada, un beso en las sombras

Dos cuerpos cayeron y una maldición,

Y allí comisario, si usté no se asombra

Yo encontré dos vainas para mi facón.

 

Arrésteme, sargento, y póngame cadenas

Si soy un delincuente, que me perdone Dios.

 

Letra : Julio Plácido Navarrine

Música : Carlos v. G. Flores  (Alejandro Carlos Vicente Geroni Flores)

 

Grabado por la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Jorge Durán.

Grabado por la orquesta de José Basso con la voz de Jorge Durán.

 

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