ROSA DE SANGRE

 

 

 

 

Con una loca bacanal lo despiden

De aquella vida tan feliz de soltero,

Y sólo él, no goza y cuando ríe

Sus muecas dicen que está sufriendo.

De pronto avanza en el salón sollozando

La muchachita que es el sol de su vida,

Y ruega así, lo mismo que rezando:

“Por Dios, querido, no me dejés”.

 

Tragando hiel la estrechó,

Y así le dijo con honda emoción:

 

Un día juré a mi madre

Conducir ante un altar,

A la novia buena y fiel,

Que me quiere de verdad

Y en tus brazos me olvidé...

No puedo, si soy buen hijo

A mi madre traicionar,

Yo respeto su vejez,

Y aunque no te he de olvidar

Mi promesa cumpliré...

 

“Adiós querido”, contestó resignada

“Que siempre seas muy feliz en tu nido...”

Pero al salir, lo mismo que borracha

Rodó en la alfombra lanzando un grito.

Y todos vieron con dolor que una herida

Manchaba el pecho juvenil palpitante,

Y aquel manchón de sangre, parecía

La rosa roja de su pasión.

 

Tragando hiel la estrechó,

Y así le dijo con honda emoción:

 

Un día juré a mi madre

Conducir ante un altar,

A la novia buena y fiel,

Que me quiere de verdad

Y en tus brazos me olvidé...

Presiento que por tu muerte

Nunca más seré feliz,

Y sangrante de dolor,

Al destino he de pedir

Que me lleve junto a vos...

 

Letra : Jesús Fernández Blanco

Música : Andrés R. Domenech  (Andrés Roberto Domenech)

 

 

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