EL SANTO DE LA ESPADA

(vals)

 

 

Lloraba la nietita en brazos del abuelo

Mimosa le decía: “No sé con qué jugar”,

Entonces el anciano, trayendo unas medallas

Le dijo: “Juega hija y deja de llorar”.

Y allí sobre su pecho, las fue poniendo todas

Corría la nietita, luciéndolas, feliz,

“La gloria de algo sirve”, se dijo aquel anciano

Aquel anciano que era, José de San Martín.

 

Entrecerró los ojos y vio a sus Granaderos

Luchando en San Lorenzo, Chacabuco y Maipú,

La nieve de los Andes blanqueando sus cabellos

Y más allá, los libres de Chile y del Perú.

Un lagrimón rebelde, corrió por sus mejillas

Con paso tembloroso, llegóse hasta un arcón,

Desenvolvió una vieja bandera azul y blanca

La acarició mil veces y mucho la beso.

 

Así era aquel bravo, indómito guerrero

Amante de los niños, de seda el corazón,

De acero en las batallas, él se jugaba entero

Dio todo por su Patria y nada el pidió.

La historia que es ajena a todas las pasiones

Con letras en relieve supo escribir así:

El “Padre de la Patria”, de esta Argentina grande

Fue “El Santo de la Espada”: José de San Martín.

 

Letra : Reinaldo Yiso  (Reinaldo Ghiso)

Música : Luis Mendoza  (Luis Alberto Elías Bottini)

 

Grabado por la orquesta de Alfredo De Ángelis con la voz de Julio Martel. (1950)

 

(colaboración enviada por el amigo Amado Lafuente). (10-2007)

 

 

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