ADIÓS, CARLITOS (II)
Qué cruel fue tu destino,
querido Gardelito
El juego de tu suerte, qué
mal te destinó,
De envidia las estrellas,
de celo por tu canto
Al viejo Buenos Aires, sin
zorzal lo dejó.
Callaron las orquestas, lloraron
tus amigos
El día en que el cable, tu
muerte anunció,
Las humildes obreritas que
aprendieran tu canto
Sumidas de tristezas,
oraron por tu adiós...
Buenos Aires hoy te llora,
incansable te recuerda
En cada pecho argentino sos
latido de dolor,
Vos no has muerto, Gardelito,
está tu alma entre nosotros
Y en cada nota de tango,
parece escuchar tu voz.
En las viejas callecitas
que escuchó tus serenatas
Cuántas pibas te soñaron
pa´ que le dieras tu amor,
Porque vos con tus
canciones que desprendías del alma
Como flechas les
llegaban... al corazón...
Tu buena madrecita, allá en
la vieja Francia
Inconsolablemente, te llora
sin cesar,
Hubiera dao su vida por sólo
darte un beso
Sin esa despedida, qué
triste que ha de estar.
Te envío, Gardelito, este
humilde homenaje
Porque puse en mi pluma,
alma y corazón,
Que sean estas notas flores
para la tumba
De aquel jilguero criollo,
que su voz apagó.
Letra : Juan
Milillo
Música : Alberto
Di Paulo (Antonio Di Paolo)