ACUARELA RIBEREÑA

 

 

 

Las casitas pintorescas, del gran barrio ribereño

Simbolizan una historia, que jamás tendrá su fin,

Porque fueron musicadas por Juan de Dios Filiberto

Y en el lienzo están fijadas, por don Quinquela Martín.

“Caminito” gambeteado, por los tauras de otros tiempos

De los tiempos de Gabino y del turbio bodegón,

De hombres grandes que pusieron, una yunta de tronqueros

Pa´ subir la repechada de algún falso metejón.

 

Pinta un tango la nostalgia, de los barcos carboneros,

La ribera, la cortada y a lo lejos el fondín,

Escalón en la vereda, pa´ cuerpear la sudestada

De arquitectónico, puros, hechos de cinc.

Viejos patios coloniales, adornados con glicinas

Donde el “Nano” con su mina, filigranas dibujó,

Ya las cosas van cambiando, pero viven los recuerdos

Mientras giman los violines o rezongue un bandoneón.

 

Cuántas tardes domingueras, de recuerdos y emociones

En la vieja Bombonera, por cuestiones de algún gol,

Y Barracas que fue cuna, de mis grandes goleadores

Serenata de acordeones y un “yeneise” de cantor.

Y la “nona” que esperaba, las caricias del que nunca

Se arrimó para besarla, ni en su nido quiso anclar,

Va fondeando su esperanza, en el mundo del silencio

Y este tango de recuerdo, me la nombra pa´  llorar.

 

Letra : Orlando Vera  (Orlando Boschi)

Música : Máximo Barbieri

 

Grabado por Edmundo Rivero con acompañamiento de guitarras.

 

 

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