A OSVALDO AVENA
Maestro de la viola
prodigiosa
Curtida en la milonga
payadora,
Guitarra donde vuelven
afanosas
Tus manos, que en sus
cuerdas se demoran.
Palermo fue tu origen, la
partida
Hacia los rumbos donde te
largaste,
Seis cuerdas custodiaron la
guarida
Del hueco musical que
alucinaste.
Soltando tu ritual
pajarería,
Milongas, tangos nuevos y
esa plena
Jugada y remozada melodía,
Volcaste tu temblor y tu
alegría
Eterna de crear, mi viejo
Avena,
Lo tuyo es otra forma de
poesía.
Letra : Héctor
Negro (Ismael Héctor Varela)
Música : Sacri
Delfino (Adrián Hugo Delfino)