EL PARROQUIANO

 

 

 

Llega por las tardes, casi diariamente,
Con andar pausado, entra en el café,
Contempla las mesas, silenciosamente
Buscando de todos, su pena esconder.
Es un parroquiano, que tiene en su vida
Grabada una triste novela de amor,
Que escribió el destino, con cruel ironía
En las horas grises, le dejó un adiós.
 
Y a los sones de la orquesta
Va su alma recordando,
Aquel amor lejano
Que hirió su corazón.
Y en la copa del olvido
Lo acompaña su rencor,
Caminante sin destino
Parroquiano del dolor.
 
Ronda por las calles, su triste figura
Envuelta en la sombra de su padecer,
Si hasta el tango llora, con más amargura
Por el parroquiano del viejo café.
Vencido en la noche, entre copa y copa
Me contó su pena, de una boca roja,
Que marcó en su vida, un hondo dolor...
 
Coda:
Mi canción es fiel relato,
De tu pena, parroquiano...

 

Letra : Osvaldo Lombardero

Música : Alfredo Calabró  (Alfredo Vicente Calabró)

 

Grabado por Enrique Campos con el acompañamiento de la orquesta de Alfredo Calabró.

 

 

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