AQUEL DON JUAN

 

 

 

Al ocultar la tarde gris
Se vio esfumar, sin un matiz,
Luego triunfal la noche entró 
Y el arrabal enmudeció.
En el mutismo del barrio reo
Junto a la reja de un fiel amor,
De una guitarra brota un punteo
Y se oye el canto de un trovador.
 
Luego el destello, de los aceros
Anuncia un duelo en el arrabal,
Se oye una queja, calla el coplero
Y huye la sombra del criminal.
Cuando expiró aquel don Juan 
Triste se oyó ladrar un can,
Y con dolor, de un ventanal
Gimió la flor del arrabal.
 
Bajo la noche, quizá dormida
En el silencio del callejón,
Con honda pena, la virgencita
Lleva sus manos al corazón.
Y mientras llora, del aquel vencido
Amargamente, su fin fatal,
En el misterio queda dormido
El nuevo lance del arrabal.

 

Letra : Francisco Brancatti

Música : Rafael Miguel Sánchez

 

Grabado por Agustín Magaldi con guitarras. (sello Brunswick entre 1929 – 1932)

 

 

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