ALAS DE ORO

(vals)

 

 

Mi cariñosa madre, tesoro tan divino
El viaje sin retorno, la pobre ya emprendió...
Al soplo prematuro fatal de su destino
Plegó sus alas mustias y desapareció...
En mi amargura gimo, sabiéndote tan lejos
Y juro, madrecita, que siempre he de evocar,
La antorcha milagrosa de todos tus consejos
Que en mi camino largo me supo iluminar.
 
La alcoba de los nuestros
Hoy se halla ensombrecida,
Hay un mutismo extraño
Que embarga nuestro ser.
Y en mi hondo desconcierto
Me digo sollozando:
¿Adónde fuiste, madre
para no verte más?
 
Tu imagen madre mía
La llevo en mi memoria,
Y en mis horas de angustia
Te lloro con dolor.
Al rezar mi plegaria
Te pido, madre mía,
Que desde el otro mundo
Me des tu bendición.
 
Allá sobre la tierra que guarda tus despojos
Adornaré con flores la lúgubre mansión,
Y en mi dolor inmenso te llorarán mis ojos
Y te alzará mi alma, su fúnebre oración.
Por todas tus virtudes, ¡Oh, madre idolatrada!
Por tus benditas canas que siempre respeté,
Por toda la ternura que había en tu mirada
Jamás un sólo instante, de ti me olvidaré.

 

Letra : José Antonio Scarpino

Música : Alejandro Scarpino

 

 

Atrás  Menú Principal