AL MOROCHO DEL ABASTO

 

 

 

Quiero hacer un recorrido por mi Buenos Aires viejo,
Y aunque ese tiempo está lejos, no puedo echarlo al olvido,
Mi Buenos Aires querido, del tiempo del Centenario,
Como a un viejo relicario te acaricio emocionado
Desgranando tu pasado, como cuentas de un rosario.
 
Romerías españolas en el bosque de Palermo
Y un Rinaldi medio enfermo, moliendo “Sobre las olas”,
Ya llegan mentas de Arolas, con su bandoneón hermano,
Y Bettinoti y Caggiano, se lucen en las payadas
Y hay dos almas abrazadas, que serán Gardel-Razzano.
 
En el Casino hay torneo de lucha grecorromana
Y en caballito mañana, “Alumni” da su paseo,
Medio borroso yo veo, por el deslinde orillero,
Pasar a Lucio el “chafero” de la tropa de “Fresone”
Volviendo a los corralones y apurando a los tronqueros.
 
Avanzando y avanzando, el Morocho del Abasto
Con todo viene de arrastre y al asfalto, va copando,
Contursi lo está esperando con un tango que subsiste,
Y a todo tiempo resiste, abanderado y señero
Ya saben a qué me refiero, al tango “Mi noche triste”.
 
En las tardes domingueras, con finales apretados
Gardel, muy entusiasmado, empujaba una carrera,
Cuando el “Pulpo” en la “perrera”, con la clásica hamacada,
Mandaba su puñalada, ya gritaba a voz en cuello
¡“Legui” viejto... Pobre de ellos... Primero en la colorada!
 
Yo te rindo el homenaje, con mi musa ciudadana,
De la pobre y la bacana, del porteño y del gauchaje,
Con este simple lenguaje, quiero decirte, hermanito,
Y te lo digo a los gritos, que estamos en un fandango
Y que con vos, nuestro tango, era otra cosa... ¡Carlitos!

 

Letra y música :  Yaraví  (Ítalo Silvestre Gianetti)

 

 

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