ARREANDO

 

 

 

 

 

Entre valles, quebradas y cerros,
Ladrando los perros, se ven avanzar,
Un arreo de blancos lanares
Que hacia otros lugares, empezó a marchar.
Y a los gritos de aquellos arrieros
Van los ovejeros, ladrando a la par,
Mientras se oye entre aquel ruido,
Un canto, un gemido, parece llorar.
 
De que me sirve querer, - ¡Dale vuelta, Lobo! -
Si por él, tanto sufrí,
Si se rió ella de mí, - ¡Siga, siga! -
Para qué voy a volver.
Quise olvidarte mujer
Mas no pude lograr,
Por más lejos que fui, - ¡Arríe, arríe! -
Me has de volver mi querer,
Pues no puedo apartar
Tu recuerdo de mí.
 
El arreo que va pastoreando
Tras si va dejando su huella al pasar,
Mientras se oyen los gritos de un tero
Y se oye un cordero, balar sin cesar.
El arriero que va en la culata
Pensando en la ingrata que le hace penar,
Sufre mucho y es solo su anhelo
Hallar un consuelo, poder olvidar.

 

Letra y música : Manuel Colominas

 

Grabado por Agustín Magaldi con guitarras. (sello Brunswick, entre 1929 – 1932)

 

 

AtrásMenú Principal